viernes, 25 de noviembre de 2011

A veces el silencio es la mejor opción.


A veces necesitamos un golpe para espabilar. O a veces un golpe nos espabila antes de lo necesario. Cada espina que me clavas hace que esta vida sea un poco más difícil, pero soy demasiado cobarde incluso para acabar con todo. Prefiero encerrarme entre las cuatro paredes de mi cuarto, enterrarme debajo de mis sábanas y llorar, desconsoladamente, hasta tener que parar por que me falten lágrimas para seguir, y quedarme dormida abrazada a mi almohada imaginando que es tú. Aunque luego al despertar y querer pensar que todo ha sido un mal sueño, la realidad me golpee con el mazo de la certeza. Te parecerá un método cobarde, pero me resultaría imposible enfrentarme a ti mientras me miras a los ojos y me dices que no me quieres. Sería demasiado insoportable. Lo siento, a veces el silencio es la mejor opción.

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