Con corazones fríos no hay que jugarse nada.

Duele mucho, ¿sabes? Bueno, tú que vas a saber... Si tuvieras una mínima idea de todo el dolor que provocan tus actos te lo pensarías dos veces antes de ir por la vida pisando los corazones del resto de las personas. Porque, perdóname por repetirme, pero duele, demasiado, más de lo que jamás habría imaginado que podrían doler estas cosas. Siempre creía que la gente que estaba mal por temas amorosos eran personas exageradas y demasiado dependientes de otras para su propia felicidad, yo siempre estaba sola y feliz por no atarme a nadie de este modo. Pero en fin, puedes adivinar lo que ocurrió. ¿Qué pasó? Tú pasaste, y vamos que si pasaste, dejaste tu huella y te fuiste igual que viniste, sin avisar, dejando como único recuerdo hacia ti el resentimiento. Ya es tarde para volver a la vida que llevaba antes, donde estaba tan encerrada en mi propia felicidad que nada de fuera me afectaba, te dejé entrar en mi pequeño mundo y lo destrozaste disparando una bala directa a mi corazón. Solo me queda aprender, y es que esto es así. Con corazones fríos no hay que jugarse nada. 

A veces el silencio es la mejor opción.

A veces necesitamos un golpe para espabilar. O a veces un golpe nos espabila antes de lo necesario. Cada espina que me clavas hace que esta vida sea un poco más difícil, pero soy demasiado cobarde incluso para acabar con todo. Prefiero encerrarme entre las cuatro paredes de mi cuarto, enterrarme debajo de mis sábanas y llorar, desconsoladamente, hasta tener que parar por que me falten lágrimas para seguir, y quedarme dormida abrazada a mi almohada imaginando que es tú. Aunque luego al despertar y querer pensar que todo ha sido un mal sueño, la realidad me golpee con el mazo de la certeza. Te parecerá un método cobarde, pero me resultaría imposible enfrentarme a ti mientras me miras a los ojos y me dices que no me quieres. Sería demasiado insoportable. Lo siento, a veces el silencio es la mejor opción.

Si no juegas, has perdido.

Que hoy me toca mover ficha, me toca dar un paso más hacia la victoria o retroceder para esperar mi derrota, pero no voy a cesar de intentarlo hasta que gane la partida. Estamos en la mayor partida de todas y de momento estamos en tablas, lo que nos jugamos es muy grande, podemos doblarlo o perderlo todo, pero el juego está avanzado y todavía no se ven indicios de quién puede ser el ganador. El adversario es bueno, pero nosotros somos más fuertes, solo tenemos que demostrarlo. ¿Qué contra quién jugamos? Contra el destino. Es una partida a contratiempo que debemos ganar pase lo que pase, porque no podemos permitir que acabe con esto que es nuestro y que tanto nos ha constado conseguir. El amor y la liberad están de nuestra parte, la muerte de la suya, es verdad que dicen que cuando juega la muerte siempre gana la partida, pero no debemos rendirnos, hoy no jugamos contra ella. Y es que la vida es un juego. Si juegas, puedes perder, si no juegas, has perdido.

Todos los días sale el sol.

Quizá no es el mejor momento de mi vida, más bien, lo estoy pasando realmente mal. Saber que te tengo cerca y no poder tocarte es la peor de mis desdichas, y ¿que puedo hacer? Absolutamente nada. Solo tú podrías sacarme de esta pesadilla, pero no es el momento, ¿verdad? No vas a hacerlo, ni hoy, ni mañana, ni probablemente... nunca. No tienes la culpa, no se puede obligar a nadie a sentir algo que no siente en realidad, pero eso no quita que me duela más que nada. Que cada día sea un infierno, el estar tan cerca y a la vez tan lejos, el saber que cuando me miras no lo haces como me gustaría... Dicen que el dolor es obligatorio y el sufrimiento opcional, no me lo creo, que nos lo digan a los que día a día perdemos un pequeño trozo de nosotros mismos, o a aquellos que lo han perdido todo de golpe y sin opciones a otra cosa. Sencillamente no saben lo que dicen. Pero bueno, después de la tormenta siempre llega la calma, y a pesar de la noche más oscura, todos los días sale el sol.

¿Donde apoyaré mis sueños si no duermes tú conmigo?

Que tenemos algo, lo veo, está creciendo porque todavía es pequeño. Pero se hace oír, está ahí y quiere que lo hagamos caso, quiere que escuchemos como grita a los cuatro vientos que quiere salir. Quiere salir por mi boca en forma de un "Te quiero" pero lo ahogo, porque todavía no sé si tú sientes lo mismo y no me gusta arriesgar, yo juego sobre seguro. Te necesito, como al agua que bebo, como al aire que respiro, pero tú todavía no puedes saberlo. Cuando te tengo cerca mi corazón opta por salirme del pecho, pero no lo sabes, todavía estamos demasiado lejos. Quiero ser yo la que te despierte cada mañana, pasarme la noche soñando contigo, y es qué...¿Donde apoyaré mis sueños si no duermes tú conmigo?

Nada serio.

Estoy viva. Disfruto la vida a cada segundo, y lo más importante, lo hago a mi manera. Hago lo que quiero, cuando quiero, sin seguir los pasos de nadie, sin ningún modelo que me ayude a decidir si blanco, negro o gris. ¿Rara? No, única es mi segundo nombre. Lo tengo todo claro, se lo que quiero, cuando y como. Si lo consigo, perfecto y sino, pues insisto, tengo toda una vida para seguir intentándolo. Y lo más importante, sonrío, a pesar de los golpes y las caídas, del dolor y las mentiras, sigo sonriendo, porque como dijo Gerard Way "Fuck everyone who hates you, a smile is the best revenge", que les jodan, que vean lo feliz que soy a pesar de todo lo que ellos han hecho por evitar que lo fuera. Soy distinta, todos lo somos, somos las diferentes partes de una misma cosa, estamos vivos, disfrutemos la vida como si no hubiera mañana, como si no pasara nada, nada serio.

Comencemos con un: Para siempre.

Cuando miras a esa persona a los ojos y te ves reflejada en ellos, cuando sonríe y sabes que esa sonrisa es consecuencia de una tuya anterior, cuando está presente y ya nada más importa, cuando lo miras y no encuentras forma de mejorar lo que ya ves, cuando lo que hace es exactamente lo que querías que hiciera, aunque no lo supieras, cuando solo quieres su felicidad y el no poder proporcionársela solo hace que quieras seguir intentándolo, cuando dejas de esperar nada más que lo que ya tienes, cuando solo de pensarlo ya sonríes, cuando por estar cerca suyo harías la mayor de las locuras, es cuando estás enamorada, cuando todo comienza con un: Para siempre... 

La utilidad de las personas.

No pasa nada. ¿Todo arreglado dijimos, no? Pues no, que sepas que por mi parte no ha quedado nada claro, que lo único que me parece haber entendido de todo esto es que ya no me quieres, perdón, que nunca me quisiste, que lo pasamos bien los dos, pues no, tú lo pasabas bien, yo me enamoraba. Y puede que por tu culpa ya no vuelva a ser capaz de confiar en nadie porque fuiste la primera persona que consiguió hacerme sentir viva, que me dio un motivo para seguir adelante un poco más. Pero ahora resulta que todo era mentira, que cuando decías "Te quiero" luego había que añadir un "para...", que cuando sonreías no era por nadie más que por ti, que cuando me besabas solo estabas asegurando el triunfo de tus empresas. Pero, ¿sabes qué? No pasa nada, es más, quizá me hayas enseñado algo, me has mostrado aquello en lo que nunca quiero convertirme, me has hecho aquello que jamás haré a nadie, me has convertido en algo mejor. 

Igual crees que lo que hiciste no fue tan malo, que son cosas que se ven todos los días, que no dijiste nada que pudiera doler tanto, que exagero. Pero es que no me duelen las cosas que se han dicho, sino las que no. No has tenido el valor de mirarme a la cara y decirme que me has utilizado, que lo que querías conseguir ya lo tienes y que no me necesitas más, porque por mucho que pienses que sí, decir adiós definitivamente a una persona con una frase como "Es que lo que hacía esto especial ha desaparecido", no es menos doloroso que decir la verdad. Es más, por lo menos pensaría que te he importado un mínimo como para que las últimas palabras que me dirijas no fueran una simple mentira. Pero supongo que lo único que importa de todo esto, la finalidad de todo lo que vivimos, era tu felicidad. Al final va a resultar que hasta las personas, tienen una utilidad.

Me rompes el corazón.

Lo sé, sé que aunque sea a mí a la que has propuesto pasar un "buen rato", no es cuando hablas conmigo cuando se te escapa esa sonrisa estúpida que no sabes a qué viene. ¿Qué cómo sé que te pasa eso? porque es lo mismo que a mí me pasa cuando hablo contigo, pero a ti te pasa con ella. Ella, una de mis mejores amigas, no puedo reprochártelo, no estamos atados de ninguna manera, solo tenemos palabras y sabemos que se las lleva el viento, además, ella es más guapa, es extrovertida, agradable, inteligente, es... la chica perfecta.  Es mi amiga, yo supe ver todo eso en ella antes que tú, no has descubierto nada.

Y a pesar de todo esto, te quiero, soy tonta, y créeme, no hay nada peor para mí que saber lo tonta que estoy siendo y no poder evitarlo, porque no es algo que haya planeado ni mucho menos algo que me agrade, me he enamorado de ti y ha sido una puta casualidad. Porque siempre tenías que ser tú el que me apoyaba, el que me ayudaba cuando más lo necesitaba, mi mejor amigo,  ahí fue justo cando empezó todo, simplemente desde entonces, te quiero. 

Pero eres perfecto, demasiado para mí, un tan cerca y a la vez tan lejos. Sin pensarlo, sé que cada vez que se me proporcione la oportunidad de estar a tu lado la aceptaré con cualquier inconveniente que pueda tener, que aunque no quiera quererte, lo seguiré haciendo, porque hacer el gilipollas es lo que mejor se me ha dado siempre. 

Igual hoy nos podemos engañar el uno al otro comenzando a fingir ser algo que nunca seremos, pero tú tarde o temprano te darás cuenta de que la que te gusta es ella y yo simplemente volveré a dónde estaba cuando todo empezó.

Solo que sepas, que cada vez que sonríes por ella, me rompes el corazón.

Cosas que Pasan.

Todo lo que empieza se acaba, bueno, no se puede acabar algo que nunca empezó. Alguien dijo una vez: "El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces" pero... ¿Y si nunca hubo felicidad? No había nada y aún así se ha terminado, es difícil, pero no imposible. Crees que el tiempo te dará tu oportunidad, pero sin embargo, te la quita. No hubo felicidad pero a pesar de todo el dolor está ahí, es lo único que queda. Los recuerdos no sirven, duelen. ¿Qué queda? Sentir que algo de lo que hiciste no fue en vano, que todo lo que no pasó no tenía que pasar, que no te duele la pérdida, pues nunca lo tuviste, que tienes algo por delante, no se debe llorar por perder el sol, sino las lágrimas no nos permitirán ver las estrellas. Pero en el fondo sabemos, que no sirve de nada pensar así, que solo es un autoengaño, que seguirás sufriendo igual que antes, que lo que querías que fuera ya nunca será. Y duele. Son cosas que pasan.